“Mi partido se jodió”
No es como cree Omar, el hijo de Leonel, que su padre crió unos cuervos que
le están sacando los ojos. El gran cuervo criado es Leonel, que le sacó los
ojos a su partido enterito, al pueblo dominicano, incluyendo a los dominicanos
que viven en el extranjero, al pueblo haitiano y a los haitianos y dominicanos
de origen haitiano que viven en la República Dominicana.
Danilo o, mejor, Ladino, como prefiero llamarlo, no es un maíz. Quienes se
han extrañado de mi insistencia en que él es mucho peor que Leonel, basándome
principalmente en que Leonel era un pariguayo cuando ganó las elecciones por
primera vez y fue Ladino quien lo pervirtió, a estas horas deben haber disipado
sus dudas y saber quién es ese hombre que, no conforme con sus brinquitos de
charcos y demás puestas en escena, se permitió abstenerse de votar por su
propio proyecto.
Eso nos da una idea apenas superficial de eso que el mismo peledeísta
ortodoxo, que me dijo que su partido se jodió, llama (¿circo?) con carácter de
cosa juzgada. Es probable que nos agarre la muerte sin saber qué se habló en la
reunión entre Leonel y Danilo justo antes de la sesión del Comité Político. Y no
creo, como muchos, que se trató de una negociación.
Estoy segura de que fue un sometimiento, sobre todo, después que se supo
que la recogida de afiches de Félix Bautista en San Juan de la Maguana se debió
a que la candidatura al Senado es para la hermana de Danilo, actualmente
diputada. Espero que ahora todos estén de acuerdo sobre el origen de los
palitos que le han caído a Leonel y su combo de un tiempo a acá. El mismo que
crió el cuervo lo está sacando de circulación.
Pero el cuervo todavía está vivo. Falta pasar por el Congreso y por las
primarias. Aun en caso de éxito, se puede prever que el mismo empleo de
recursos de varias naturalezas (tiempo, dinero, gente, criterios…) que
invirtieron los leonelistas para que Danilo ganara en 2012, lo pondrán en el 16
para que pierda.
Cuando mi amigo tan querido me soltó que su partido se jodió, le respondí: “que
Dios te oiga”. Lo conozco y sé que permanece en el partido por lo mismo que tantos
permanecen en sus respectivas iglesias - y en otros partidos – a pesar de los
escándalos y los delitos probados. Lealtad, fe, esperanza, abstracción, utopía,
y demás comodidades que rayan en subterfugios del pensamiento y de los
sentimientos. Esa emoción que proporciona la seguridad de estar cuidando la
obra de un líder desaparecido o de un dios invisible, según el caso.
No nos damos cuenta de que tenemos la obligación de cuidar el país, lo
único verdadero y tangible que tenemos, lo que heredarán nuestros hijos, que no
nos perdonarán lo que hemos permitido que hicieran con él. Recojamos un poco
nuestra imperdonable negligencia declarando a Leonel y a Danilo dos grandes peligros
públicos. Y completemos la lista.
Comentarios
Preparemosnos para la defensa de la Patria y de la Dignidad.
Esaa plaga morada hay que fumigarla.
Dinorah Cordero